[This is the Spanish version of my cycling report riding
300k at 3Down. The English version can be found at this
page]
Después de una semana en la que había estado de viaje y había dormido más bien poco va el despertador suena a las 3:15 DE LA MAÑANA.
Me ahorro los pensamientos sobre mi salud mental que me invadieron. Seguro que eres capaz de hacerte una idea...
A las 4:15 estaba en casa de Pete. Me saludó con un "good morning", debe ser el sentido de humor británico...
A las 6:00 de la mañana nos pusimos en marcha, somos 71 participantes. Era noche cerrada.
No pasa nada. Estreno iluminación en la bicicleta y funciona maravillosamente bien.
Funciona maravillosamente bien hasta que pillo uno de los millones de baches que pueblan las carreteras de esta isla y la tapa del faro trasero salta por los aires sin que yo me de cuenta.
Me avisan los que circulaban detrás de mi. Me paro, me doy la vuelta y, fíjate tu, no sólo encuentro la tapa roja sino que también una pila que se había caído; y por si esto fuera poco, además lo monto todo y el foco sigue funcionando. Anda tira pa'lante que ya te sacan ventaja...
Como son los primeros kilómetros se rueda en grupos de 8 ó 10 ciclistas. Pete aprovecha para ir presentándome a los que conoce, y conoce a muchos. Lo que significa que a mi se me olvidan todos los nombres; me quedo con el de Judie, y no estoy seguro de se escriba así, la mujer que ha terminado más rutas de 1.200 km; pero más que nada me acuerdo por el ruido que hacía su bicicleta en cada pedalada, y ella llevaba una cadencia considerablemente alta. Vamos, que casi que me alegré cuando nos dejó atrás...
52km de ruta, estamos entrando a un pueblo. Pillo otro bache, este mínimo, y el teléfono con el que estaba grabando la ruta, un
Nexus One prácticamente nuevo, sale volando por los aires y aterriza en el duro asfalto. Otro brevet del que no voy a tener el track...
Resulta que en ese pueblo al que estábamos entrando está el primer control, tenemos que conseguir una pegatina en el café LouLou LaBelle. Es esta cafetería donde veo a un ciclista con un maillot de Google. Me acerco, le pregunto y resulta que no sólo también trabaja en Google sino que hemos intercambiado algún que otro correo. Se trata de Jonathan.
Son las 8 de la mañana y Pete y yo decidimos que a pesar del sugerente nombre del café es demasiado pronto para parar. ¡Seguimos ruta!
El siguiente control está en el kilómetro 120. ¿y que?. Nos metemos 70 kilómetros para el cuerpo como quien no quiere la cosa.
70 kilómetros en medio de un paisaje precioso salpicado de English cottages.
Pete me dijo que me parase a sacar una foto, pero siguiendo la estrategia del vago me la he descargado de este blog
70 kilómetros en los que me fijo en todos los buzones que vemos a nuestro paso y que cuando los veo no puedo evitar preguntarme a qué hora recogerán el correo en ese buzón (si no entiendes esto es que tienes que leer antes
esto)
Estamos en el kilómetro 121.8 de la ruta. Concretamente en la
Kimbridge Farm Shop, uno de esos locales que son mezcla granja y restaurante tan típicos de la campiña inglesa.
Como prueba de paso tenemos que conseguir un ticket por lo que me compro una botella de agua y una bolsa de patatas fritas. Son las 11:40 y será por los 120 kilómetros en las piernas, será porque he desayunado a las 3:30 de la mañana, pero yo tengo un hambre que una bolsa de patatas fritas no va a poder saciar. Saco mi tartera y me meto entre pecho y espalda media ración de ensalada de pasta.
Al ponernos en marcha es cuando me doy cuenta de que Jonathan se está haciendo la ruta en tandem con una chica, Emma.
No veas que espectáculo el verles. Pedalean con una frecuencia bastante alta. Se levantan sobre la bicicleta de manera totalmente sincronizada y no dudan en ningún giro (más adelánte entenderás porque me parece un espectáculo el que no duden en los giros). En las cuestas van más despacio que nosotros, pero en el llano se desplazan con mucha rapidez.
Aqui la crónica de Jonathan, en inglés, sobre esta ruta.
En una de estas rampas les dejamos atrás y nos adentramos en lo que para mi fue el momento bajo de la ruta. Estamos en el parque nacional de New Forest, una zona preciosa con ponies salvajes pero que está en una meseta con una carretera en sube-y-baja totalmente expuesta al viento que da de cara. Fueron menos de 25 kilómetros, pero dejaron huella.
Dejaron tanta huella que cuando llegamos al siguiente control, cuelgo en mi
Google Buzz "
149k de momento bien. Pero empiezo a notarme cansado después de este tramo con viento de cara". No se muy bien porque, pero decido que este es el momento bajo de día y como este control se trata de conseguir un ticket en una gasolinera me compro un kinder bueno que al menos estará bueno, valga la redundancia, y el chute de azucar me vendrá bien.
Seguimos rodando y se nota que hemos cambiado de dirección. Ahora el viento sopla de culo. Rodamos por encima de los 30km/h sin apenas esfuerzo. ¡Parecemos profesionales!.
Casi sin darme cuenta llegamos al siguiente control. Kilómetro 160. El porque están tan cerca estos controles es un misterio para mi. En este caso no se trata de conseguir un ticket, tenemos que apuntar el nombre de un pub que ha aparecido al borde de la carretera en medio de ningún sitio. Se trata del
Red Shoot. Tomamos nota y seguimos camino.
Nuestro ritmo es bastante bueno. Sin alardes, pero sostenido. Como debe ser en estas ocasiones.
Adelantamos a un ciclista. Pete me dijo su nombre, pero no me acuerdo. También me contó Pete que rutas había hecho y/o que rutas pensaba hacer, pero tampoco me acuerdo. En cualquier caso como me llamó la atención su bicicleta, su bolsa y su maillot aqui se queda la foto; que no deja de ser representativa del porte que llevan los ciclistas en este tipo de pruebas por estos lares, y del paisaje y carreteras por las que éstas discurren. He dicho.
En un momento dado Pete dice: "Necesito un sandwich" y yo le contesto "El siguiente control está a x kilómetros allí paramos" (siendo x un número que no recuerdo pero de valor entre 0 y 10 kilómetros).
Seguimos pedaleando.
Llega un repecho, nada del otro mundo. Pete se queda atrás. En el alto de la cuesta nor reagrupamos.
Llega otro repecho, este ya un poco más serio. Pete se para y me dice que nos vemos al final. Cuando corono me paro a esperarle, al poco llega y me dice que se ha comido media barrita energética. Estamos en uno de esos momentos en los que es mejor pararse a comer cuanto antes...
Menos mal que enseguida llegó el control. Se trataba en este caso de anotar que había sobre un monumento en memoria de unos soldados (una cruz y una corona de amapolas). Nos sentamos a comer y yo me despacho la segunda mitad de mi ensalada de pasta. Llevamos 200km de ruta; aprovecho para sacarle una foto a mi bicicleta porque ella se lo merece.
Viendo la foto caigo en la cuenta de que estamos parados al lado de una post office. Ni idea de a que hora recogen el correo...
Una vez que hemos comido el mundo se ve de diferente color; nos volvemos a poner en marcha y en 17 kilómetros volvemos a llegar a otro control (¿he mencionado que no entiendo porque los controles están tan juntos?). Se trata de comprar algo en un Tesco Express (una cadena de supermercados) y quedarse con el ticket. Yo me compro un zumo y una botella de agua. Aprovecho para estirar y para sacar una foto a los ciclistas que están por allí que se que estas cosas te gusta verlas en la crónica.
Sentados en el suelo especulamos sobre la hora a la que terminaremos. Llevamos tres horas de margen. La hora máxima de llegada es a las 2 de la mañana. Si mantenemos el margen que tenemos podemos acabar a las 11 de la noche. Parece buen plan. Nos ponemos en marcha justo cuando veo pasar a Jonathan y a Emma en su tamdem.
Kilómetro 272. Siguiente control. Conseguir un ticket de un Sainsbury's (otra cadena de supermercados). Mira, yo ya no se que comprarme, pero al final me decanto por una platano, una pera y un pastel. Buen equilibrio, un poquito de saludable y un poquito de indulgencia. Son las 19:51 y se ha hecho de noche; encendemos luces y nos ponemos en marcha.
Hasta ahora la navegación no se nos ha dado mal del todo. Nos hemos saltado un giro entre el kilómetro 160 y el 200, pero nos encontramos con relativa rapidez. Claro que ahora es de noche y soy yo el que guia. Los tres primeros giros los tomamos bien. El cuarto ("Bear L onto Hungerford La") no lo tomamos, total ¿para qué?. Cuando me doy cuenta nos hemos pasado ya más de un kilómetro.
Media vuelta. Toma el giro que te habías pasado y pásate el siguiente giro que tendrías que haber tomado ("1stL$WestEnd"). Tardé más de dos kilómetros en darme cuenta.
Media vuelta. Tomamos el giro que teníamos que haber tomado.
No te engañes, no es que no sepa interpretar las instrucciones es que se me olvida estar pendiente de ellas. Por ejemplo. La instrucción es: en 2.2 kilómetros "Fork L imm before Railway Br into Approach Rd" y lo entiendo. El problema es que a los cien metros ya no me acuerdo ni de cuando tenemos que girar, ni hacia donde. No estoy acostumbrado a recordar este tipo de información cuando monto en bicicleta. De hecho estoy entrenado para no pensar en la ruta, para distraerme cuando monto en bicicleta. Me distraigo con una conversación, un paisaje o mis pensamientos. En definitiva que se me olvida. Y así es inevitable que nos perdiesemos una tercera vez en menos de 17 kilómetros. Pete demostrando que es un tio con paciencia... Yo, creo tener buen sentido de la orientación, con el orgullo herido.
Menos mal que en estas apareció Phil el protagonista de los últimos kilómetros de nuestro
200 en Redhill. Phil lleva GPS y toma todos los giros con una seguridad impresionante. Comentamos que tiene gracia que nos vaya a guiar también en los kilómetros finales de este brevet, porque es obvio que nos ponemos a su rueda y dejamos que nos lleve a buen ritmo hasta el final del recorrido. Son las 22:16.
En la llegada habían improvisado un pequeño bar donde me tomé un vaso de leche con un trozo de bizcocho sentado en una mesa con otros participantes. La conversación, como no podía ser de otra manera, versaba sobre las hazañas de unos, los planes de otros y sobre la Paris-Brest-Paris en general. Me encantó el sentimiento de tranquilidad que invadia el ambiente después del esfuerzo.
Lo mejor:
- El tiempo. Perfecto si no fuese por el tramo de viento de cara.
- El paisaje. Precioso.
- Pete. Por su paciencia.
Lo peor:
- Yo siguiendo la hoja de ruta.
- Que se me olvidasen los giros.
- Mi capacidad para perdernos.
Números de la ruta:
- Kilómetros: 316.93 (10 km más de los que tenía la ruta. ¿por qué será?)
- Tiempo total invertido: 16horas 15 minutos
- Tiempo rodando: 13horas 49minutos 32segundos
- Tiempo parados: 2horas 25minutos 28segudos
- Velocidad media: 22.80 km/h
- Velocidad máxima: 63.70 km/h
- Pulsaciones médias: 120ppm
- Pulsaciones máximas: 208ppm (sin duda un error del pulsómetro)
- Calorías consumidas: 7.951
- Kilómetros que tiene la bici: 4.307
- Es la vez número 35 que monto en bici de carretera en mi vida
Si, esto es una locura, pero para tratar de darle sentido a toda esta locura he donado 32 libras a
Cancer Research UK en mi página de JustGiving:
www.justgiving.com/Javier-Paris-Brest-Paris
Actualización 8/4/2011
Las fotos de algunos de los participantes pueden verse
aquí.
A cuidarse
Javier Arias González