No puedo hacer una crónica de mi primer 300; el 300 de Algete, organizado por el GC Pueblo Nuevo. Desde mi primer 200 intuía que la mejor forma de afrontar un 300 era desconectar la mente del recorrido, renunciar a mi tendencia natural que me pide medirlo y tratar de memorizarlo lo máximo posible. Por eso no medí ni recorrido, ni tiempos de paso, ni velocidades o pulsaciones; por eso me esforcé en concentrarme en tres objetivos: ahorro en el esfuerzo, inundar mi mente de pensamientos positivos y aprender lo máximo posible.
Sobre los dos primeros no hay mucho que contar. El ahorro en el esfuerzo se consigue pedaleando sin alardes, conteniendo las ganas de ir a un ritmo más alto sólo porque puedes, pidiéndote constantemente tranquilidad. Los pensamientos positivos me vienen de manera natural, por lo que nada especial tengo que hacer. Estuve atento al momento de crisis que a buen seguro habría de llegar para tratar de identificarlo y “positivarlo” en la medida de lo posible.
Sobre lo que si puedo escribir es sobre lo que aprendí. No puedo hacer una crónica de mi primer 300 pero si puedo contar lo que aprendí en mi primer 300. Esto es lo que recuerdo haber aprendido (sin un orden concreto).
Tienes que ser autónomo. Y aunque no estemos hablando de economía si que se trata de un remedio para evitar las crisis.
Contente. Aunque puedas ir más rápido, contente. Procura no pasar del 80% de tus pulsaciones máximas. El camino es largo y plagado de sorpresas. Nada de alardes, ni al dar relevos ni al coronar puertos; aunque te cueste, tu inténtalo. Que cuando al final del recorrido digas “pues yo estoy bien” sea sólo medio mentira.
Yo no soy el único loco que se levantó a las 4:00 de la mañana con la ¿sana? intención de empezar a pedalear a las 6:00, todavía noche cerrada, y no parar más que lo necesario hasta completar 300km. En la salida había un grupo de unas cuarenta personas. Esta claro que hay gente pa’to
El desfilar silencioso de un pelotón de bicicletas con sus luces delanteras blancas y sus luces traseras rojas por una carretera sin coches cuando todavía es noche cerrada (aproximadamente las 06:30) tiene algo de espiritual, pero no tengo muy claro el que.
La luz delantera que usas para circular por la ciudad no es suficiente para circular de noche por la carretera. Los coches te ven perfectamente, pero tu no verás un pimiento. En las carreteras no hay iluminación y la bicicleta de carretera corre más que la urbana. Hazte con unos buenos focos si no quieres tener rezarle a Odín para no comerme un bache cuando bajas a 50km/h
La rueda de Edu y Paloma es muy buena. Ritmo contenido pero constante. Parar lo justo pero desgastarse también lo justo. Edu se conoce el recorrido y además da conversación salpicada con anécdotas, Paloma te adelanta bajando en posición aerodinámica recordándote que puedes ser más eficiente. En caso de duda a ritmo de Edu y Paloma.
Puede llegar a ser muy útil el tener la ruta cargada en el GPS, pero eso no te exime de la responsabilidad de hacer un trabajo previo de análisis del recorrido, sobre todo si no lo conoces. Los GPS se quedan sin batería, te mandan por recorridos “alternativos” o incluso, los más inteligentes, te piden que te des la vuelta.
Cuando se pare no te entretengas, lo primero que te pongan el sello que para eso has venido; luego come, bebe, rellena los botellos y vete al servicio. Las paradas son cortas para no enfriar mucho.
Hay un ciclista al que le da por cantar salmos responsoriales en las subidas. A falta de conocer su nombre le hemos apodado Radio Maria (¿debería este término entrar en el diccionario del Pakefte?) y, al parecer, es un clásico de estos sarados. Atención anécdota: En lo alto de una subida larga me paro a hacer mis necesidades fisiológicas menores y veo que se aproxima Radio María. Cuando llega a mi altura se para y me pregunta "¿Necesitas ayuda?". No, contesto yo. "Sólo me he padado a orinar" (me dio corte usar el término "mear" ante su pia apariencia). Pues sin más siguió su paso cantando salmos y alabanzas. Sigo insistiendo en que hay gente para todo.
Asegúrate de llevar ropa adecuada. En 16 horas de un día de primavera la temperatura puede variar considerablemente. Te podrás helar de frío y te podrá quemar el sol en la misma salida. Unos guantes largos no ocupan tanto. Los manguitos de brazos y piernas son un complemento muy útil.
Si vas a twittear, postar en Facebook o Google “Buzzear” recuerda que no siempre habrá cobertura 3G. Lo mismo aplica a tratar de consultar un mapa en Google Maps o incluso para intentar hacer una llamada telefónica. En España hay un X% de cobertura y si necesitas/quieres llamar, twittear, facebookear o buzzear es posible que estés rodando por el (100-X)% de terreno sin cobertura. La ley Murphy se inventó para estos casos.
La rueda de Antonio también es muy buena. También lleva un ritmo constante, también se conoce el recorrido y también da conversación, incluso tiene un cierto sentido del humor.
Pilas de repuesto, papel higiénico, dinero en efectivo, crema solar, cacao para los labios, “polvos mágicos”. Todo esto pesa poco, ocupa poco; pero es importante tenerlo a mano cuando lo necesitas.
El bar donde se sella siempre está en lo más alto del pueblo. Algunos dicen que no hace falta ir a ese bar en concreto, pero yo eso no lo tengo todavía muy claro.
Antonio me enseño que una barrita energética tarda siete kilómetros en hacer efecto.
La entrada a Sigüenza se hace por una carretera de 14 kilómetros rectos, en perfecto sube y baja rompepiernas, con un asfalto en muy mal estado y con coches demostrando que los límites de velocidad no se respetan. Si a este panorama le juntas el que ya es la hora de comer y el sol ya está en lo más alto calentando tienes todos los ingredientes para pasar por tu momento de crisis. Recuerda, cómete una barrita a 21 kilómetros de Sigüenza (ver anterior enseñanza) y quítate la ropa a medida que haga calor. No te dejes caer en la tentación de “total ya espero a que paremos en Sigüenza”. 9 de cada diez ciclistas opinan que esto mola más si no se sufre (el decimo seguramente se esta quedando contigo).
El que lleva el chaleco desabrochado, hinchado al viento, pasando de la aerodinámica mientras pedalea saltarín en su bicicleta es Agustín. No falla.
Vomitona es un nuevo término digno de entrar en el diccionario del Pakefte. Acuñado por Edu usado por Paloma y adoptado a partir de ahora por mi, dícese de toda materia entre sólida y líquida envasada y vendida para aportar hidratos de carbono, entre otros elementos, a los ciclistas. De sabor dulzón, empalaga hasta el vómito, de ahí su nombre. Los pros lo llaman gel, pero no sirve para ducharse. No sabemos cuantos kilómetros tarda en hacer efecto, pero lo estudiaremos.
Luiscri es una liebre estupenda (entiéndase por liebre ciclista que se acerca a rodar unos kilómetros con los colegas). No se ceba con el ritmo, se ofrece para tapar el viento y también da conversación, ésta del Real Madrid.
Al rodar en grupo existe el peligro de que alguien le haga a alguien (con mis respetos al maestro Gila) un afilador. Cuando se produce un afilador en el grupo y Pilar rompe cinco radios de su rueda delantera es normal entristecerse porque no va a poder seguir, es normal alegrarse de que no haya sido más seria la caída, es normal que te comas la cabeza pensando si podrías haberlo evitado. Mola que la liebre tenga el coche “cerca”. Da pena dejar a Pilar atrás. Da alegría verla en Brihuega.
La rueda de Josu no es de fiar. Tiene experiencia y se conoce el recorrido, pero he oído que tiene tendencia a perderse. También tiende a hacer “josuadas”, sobre todo cuesta arriba. No le sigas, aprende a dejarle ir.
Un 300 no es momento de experimentar. No pruebes unos “polvos mágicos” que hasta ahora no habías probado; aunque en el bote ponga que aportan una energía muy buena. Te darán gases y es muy incómodo. En caso de duda pásate al Aquarius que, aunque caliente no hay quien se lo beba, tu cuerpo ya está inmunizado frente a sus efectos secundarios.
Cuando estés mal más busca tu ritmo. Jose lo hace y resulta que su ritmo es ir un poco más rápido. Pues aun así funciona.
La bici tiene que venir en perfecto estado de revista de casa. Seguramente es bueno hacer una salida previa entre sacarla del taller y hacerte un 300, esto lo digo por intuición, no por experiencia de este 300. Pero lo que si que digo por experiencia de este 300, es que si no sabes de mecánica no toques la bici. Que suene un poco el cambio no es problema. Si tocas la tensión del cambio sin saber lo que haces lo acabarás desajustando y dejarán de entrarte los piñones grandes. ¿De verdad quieres que te pase eso cuando faltan casi 100km para terminar? Eduardo (el amigo de Jose, no confundir con Edu) ha demostrado que puedes hacer tu primer trescientos con un ruido atroz en el pedalier, sobrado de fuerzas y sin que te de un ataque de nervios.
Es posible hacer del kilómetro 200 al 230 a un ritmo de 31.5km/h (medida proporcionada por Eduardo) incluso con relevos caóticos. Todo depende de si el terreno es suficientemente favorable y de si el viento de culo es lo suficientemente fuerte. Pero, aunque parezca mentira, sigue habiendo que dar pedales.
Cuando el público te aplauda y te de ánimos recuerda que no es por ti, es que Roberto ha pasado unos segundos antes y todavía les dura la emoción. Si buscas protagonismo no vayas a rueda de Roberto.
Piensa en positivo. Si un atajo te hace añorar tu bici de montaña piensa que se trata de una reafirmación de personalidad Pakeftera. Si acabas atravesando Alcala de Henares en plena noche alégrate de visitar su casco histórico, así tendrás la ocasión de añadir pavés al repertorio de superficies por las que ha rodado el 300. Si los coches pitan es para saludar, avisar de que vienen o para dar ánimos, si alguno pita para que te apartes (pitido largo e insistente) es que no sabe que los ciclistas pueden ir de dos en dos, si lo supiese no pitaría. Si de noche hace frio piensa que peor sería si lloviese. Si el viento sopla de cara de Jadraque a Sigüenza… piensa lo que quieras porque eso no lo vas a poder “positivar”.
Es posible pedalear de pie incluso cuesta abajo. Mario lo hace constantemente. Es un buen truco si te duele el culo entre la décima y la décimo tercera hora pedaleando. Yo lo he intentado pero no me ha salido.
Lleva comida de casa. No sólo barritas energéticas y vomitonas; también ensalada, fruta, etc. No fíes tu comida a un bar que no sabes ni cuándo ni cómo aparecerá. La tortilla de piñones negativos existe, mejor no estar obligado a comerla.
Pedalear en grupo es mejor que pedalear solo. No dudes en sacrificar velocidad a cambio de ir en grupo.
No te creas que lo sabes todo. Queda mucho por aprender.
Los datos:
- Kilómetros: 297,97 (tanto 300, tanto 300 y mi cuenta se quedó en 297)
- Tiempo rodando: 13:16:52
- Tiempo total: 16:20:00
- Velocidad Media: 22,40 km/h
- Velocidad Máxima: 60,30 km/h
- Kilómetros en esta bici: 762 (la cuarta vez que montaba en esta bici y casi le he doblado el número de kilómetros)
- Pulsaciones medias: 125 (70% de mis pulsaciones máximas, me pongo un notable en la asignatura de contenerme)
- Pulsaciones máximas: 164
A cuidarse
Javier Arias González
1 comentario:
¡¡¡Felicidades!!!
Veo que has asimilado perfectamente la mentalidad del brevetero.
Ten cuidado que esto engancha porque compruebas que a marcheta en bici no existe mas límite que el horizonte.
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