¿Qué pasa “biciosos”?
Una breve crónica (esta seguro porque ando liado) para contaros las salidas de este pasado fin de semana en Asturias. La verdad es que este fin de semana podría llamarse la segunda parte de la visita de los madrileños. Raúl (el abuelito), Oscar (la apisonadora de cuatro caños), el Traper, Vicente (sin mote todavía) y yo fuimos los que salimos los dos días.
El sábado el Traper tenía que estar temprano en casa porque tenía una comida familiar, por lo que nos planteamos hacer una ruta corta. ¿Qué hacemos? qué no hacemos? ¿a donde vamos?. Vámonos a acabar la ruta que no nos dio tiempo cuando vinieron los madrileños. Dicho y hecho. Como íbamos cortos de tiempo nos fuimos directamente al Violeo por la carretera. La subida a el Violeo es aquella en la que parte de la expedición madrileña decidió darse la vuelta harta ya de asturianos locos. En vez de hacerla por la pista la subimos por la carretera. Mejor piso, pero subida bastante dura. Una vez en el Violeo nos dirigimos a la pista y empezamos a subir hasta el chus. ¡¡¡¡Menudas rampitas que tiene esa pista!!! ¡¡Menudo calor!! Llegamos al chus sin mayor novedad y sin tiempo para pararnos nos decidimos a bajarnos del Naranco por los caminos hasta dar a la pista de hormigón que pasa por el depósito de agua de Cuyences Sur. Todavía tuvimos tiempo para dar algún que otro rodeo sin excesivas cuestas antes de llegar a casa. Como era temprano decidimos irnos a tomarnos unas sidras que así, cansados y con el estómago vacío pega más fuerte y el pedo sale más barato. Os cuelgo una foto que saque con el movil
El domingo ¿que hacemos que no hacemos? que nos vamos a Tellego. Tellego es el pueblo donde comimos el domingo con los colegas madrileños. Llegamos a Tellego sin demasiada complicación. La subida que en coche parecía durísima en bici no era para tanto. Aun así nadie pudo evitar pensar que podríamos pararnos a comer un poco de pote o fabada. Si es que hasta olía ya a la comida que estaban preparando. Una vez has subido a Tellego empieza la subida para llegar a donde empieza lo que íbamos a subir. Es un poco complicado, lo se, pero quedaros con que se trata de subir y subir. Tampoco tiene más misterio. Como la subida nos la tomamos en plan vago total (faltaban los Víctor, Oscar y Juan que animasen el cotarro) pudimos disfrutar del paisaje y de las vistas. A mi me pareció u sitio precioso. Estábamos rodeados de castaños, avellanos y nogales (aquí el Jorge se habría sentido como en familia) ganando altura sobre un valle en el que a lo lejos (y abajo) veíamos el pueblo de Tellego. Como decía después de subir llegamos al sitio donde empezaba la subida. En pleno monte aparece una rampa de hormigón no muy larga pero dura, dura, dura. Ninguno de nosotros fue capaz de subirla sobre la bici. El cacharro de Raúl midió un desnivel del 25% pero como la parte más dura la pasó andando (como todos) nos quedamos sin saber que desnivel tenía la rampita de las narices. Total para llegar a una braña en la que sólo había un rebaño de cabras y cinco tíos como cabras. Admiramos el paisaje, ¡Que vistas! y bajadita técnica y larga. Vicente protagonizó el vuelo sin motor sobre el manillar de la jornada que incluyó el típico golpe doloroso en el pecho producto del choque con el manillar. Nada fuera de lo común. Al final de la bajada fuimos a parar a ¿Soto de Rey? donde paramos a pillar agua momento que aproveche para retratar al grupo.
Yo aquí estaba ya situado otra vez, pero Raúl se encargó de que la subida (porque siempre se sale subiendo) para salir del valle fuese por una pista que yo no conocía. Interesante también esta subida que al final nos dejó en San Esteban de las Cruces. Terreno peligroso donde los haya. Y como no podía ser de otra forma Raúl nos ofreció un par de regalos de los suyos que vaya usted a saber porque siempre tienen forma de cuestas. Al final y para demostrar que aún éramos todos colegas nos fuimos a tomar unas sidras (siempre igual) que no todo va a ser sufrir.
Poco más puedo contar. Una vez más se cumple el objetivo de Raúl de enseñarme una ruta nueva cada vez que salimos, en este fin de semana las dos rutas fueron nuevas para mí.
No tengo los datos de kilómetros y esas cosas pero creo que fue algo así como 46km el sábado y 40 el domingo a velocidades medias de unos 13km/h, "pa'vernos matao".
Por cierto, me han dado muchos recuerdos los asturianos para los madrileños aunque todavía no se creen del todo que me sigáis hablando.
A cuidarse
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